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“Si resolvemos el pago de enero de los US$ 4.000 millones, el resto está”: la apuesta del Gobierno para no caer en default

“Si resolvemos el pago de enero de los US$ 4.000 millones los US$ 4.500 millones de julio llegan solos”. Así explicaban el viernes a la noche la situación financiera de las cuentas de la Secretaria de Finanzas. “El dinero estará”.

“Si resolvemos el pago de enero de los US$ 4.000 millones, el resto está”: la apuesta del Gobierno para no caer en default
“Si resolvemos el pago de enero de los US$ 4.000 millones, el resto está”: la apuesta del Gobierno para no caer en default

En la Casa Rosada hablan de “un abanico de opciones” para negociar las fuentes de financiamiento. La que más sonó en las últimas horas es una herramienta que tendría disponible el Tesoro de EE.UU. que se llama ESF.

“Es un put, una garantía, para que la economía argentina se apalanque con el riesgo americano”, explicaron fuentes oficiales. No se tratan de recursos frescos para gastar o financiar a los argentinos necesariamente. “Ese programa está disponible y no es la única alternativa”.

En el Gobierno celebraron ayer la reunión que se consiguió con Donald Trump. Sin embargo saben que la clave pasará por ver si hay un encuentro con el equipo de Scott Bessent. Si bien el apoyo político de Trump es el que importa la letra chica se define con el Tesoro y la Argentina deberá tomar decisiones significativas en las próximas semanas si es que pretende recibir esa ayuda: son las que espera el staff del FMI desde abril como definir un nuevo esquema monetario y cambiario.

Todos los caminos conducen al FMI. Hace dos años, el subsecretario para Asuntos Internacionales del Tesoro, Jay Shambaugh, explicó que el Tesoro de Estados Unidos dejó de prestar asistencia bilateral (el último ESF es de hace más de 20 años) porque la apuesta es a que el FMI y el Banco Mundial tomaran ese rol de apoyo a los países emergentes. Y que Washington daría el visto bueno desde la propia silla del FMI donde es su accionista mayoritario.

Ese es recorrido, la hoja de ruta que en su momento la administración de Joe Biden trazó para la arquitectura de las finanzas internacionales, el diseño que líderes como Trump y Milei, por motivos distintos, desafían.

Esta semana se supo que el inglés Nigel Chalk será el director del Departamento de Hemisferio Occidental del FMI. Reemplazará a Rodrigo Valdés, un chileno que se enfrentó con Javier Milei en las negociaciones de 2024. La Argentina se opuso a la idea del FMI de acumular reservas aún después de firmado el programa en abril pasado.

Sonó el nombre de un economista argentino para reemplazar a Chalk. Tenía el visto bueno del Gobierno. ¿Por qué motivo sería? Aparentemente no pasó el filtro de Kristalina Georgieva. Era demasiado que el monitoreo del principal acreedor del FMI, Argentina, estuviera en manos de un economista del mismo país.

“El mercado está operando en modo pánico”, dicen. “Esto es día a día y veremos qué pasa tras esta semana y las elecciones”.

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